Los pasillos estaban
vacíos, los pasos acelerados del joven moreno resonaban por todo el castillo.
Llegaba tarde, como siempre. Había pasado las últimas tres horas en la
biblioteca, viendo como su joven novia vagaba trabajando cargada de libros. Era
bastante hábil, pero últimamente se veía
saturada de trabajo y él siempre estaba dispuesto a ayudar, y más a ella. Era
el último daño de Dustin, mientras que Emily aun estaba en quinto curso.
Tendría que haberle hecho caso a Cattermole. Debería haberle pedido salir
a Alice Nowell, pero Longbottom estaba
muy pendiente de ella y su primo Bryan
no le quitaba el ojo a Dustin. Aquello era un
autentico fastidio. Debía dejar
de pensar en ello, y acelerar, ya llegaba tarde a encantamientos y no se lo
podía permitir, no ese año.
Entró corriendo,
llevándose por delante a una chica de pelo castaño claro casi rubio, rizado. El
emblema de Ravenclaw fue visible en su túnica en lo que caía estrepitosamente
al suelo con todos los libros que
llevaba encima. Cuando se levantó, miró enfadadísima a Dustin. Le
parecía que echaba chispas por los ojos y se quedó como hipnotizado por esos
ojos verdes amarillentos que le estaban matando. Él la veía gesticular, como si
le estuviese chillando, pero no se enteraba de nada. De pronto un manotazo en
la cara le sacó de la ensoñación y le
apartó del camino de una muy mal humorada Ravenclaw.
-Buena jugada Nell, has
mosqueado a Anne Parker, estás perdido- comentó Bryan cuando Dustin se sentó
detrás de él. La joven Sabrina, sentada a su lado, solo atinó a girarse en su
asiento y dedicarle una sonrisa de compasión.
-Bueno, ahora que el
joven Nell se nos ha unido, empezaremos por la siguiente lista de
encantamientos- Mientras Flitwick
agitaba su varita como un loco explicando Dustin no sabía que hechizo, se
encontró a si mismo pensando en cómo
sería mantener una conversación seria con
Parker. Sin duda tenia carácter.
La había visto a menudo
con Bryan y Sabrina y no le parecía tan agresiva y peligrosa como hacía un
momento. Pensó que, tal vez, si conseguía que Parker se llevase bien con él,
Bryan aflojaría la guardia alrededor de Alice. Alice, fantaseando con ella pasó
las horas.
Era la décima carta que
quemaba de Cristina Smith. La verdad es que no podía quejarse de su éxito, los
genes de su padre habían hecho de él un joven muy atractivo, pero él, incluso
estando como en aquel instante, mirando a su novia, no podía dejar de pensar en
Alice. Era tan dulce, tan agradable, amable, atenta, cálida, amigable, su
sonrisa era tan alegre…
-Sigo esperando una
disculpa Nell- Parker se sentó
cortándole la vista de Emily, eso le causaría problemas con su novia más tarde, pero ella se acomodó
en el asiento de la biblioteca. Tras su
asombro por la osadía de la Ravenclaw,
sacó su mejor sonrisa, la que llevaba la marca Nell grabada a fuego, se
inclinó hacia ella y con la voz más amable y dulce que fue capaz de poner le contestó.
-Lo siento Anne, iba
con mucha prisa y no me fijé, lo siento, ¿estás bien?- pensó que al llamarla
por su nombre y no por su apellido, quedaría aun más sincero.
-Perdonado. Pero como
vuelva a pasar, sabrás lo que es la furia de Anne Elisabeth Parker y no es una
amenaza, solo una advertencia.- se
levantó con un movimiento grácil, pero algo se enredó en sus pies y la hizo
caer. Al ver como el impacto contra el suelo era inminente, Dustin, la rescató
del golpe y la situó en una silla, para posterior mente recoger el libro que
había caído con ella.
-“Animagia: fase 3”
puedo ayudarte si quieres, leí ese libro el año pasado un par de veces. Aunque
si me permites la intromisión, creo que…- Dustin fue corriendo al cuarto
pasillo, tercera estantería, cogió el sexto libro empezando por la izquierda y
volvió junto de Anne a toda prisa- Este te vendría mejor “Animagia con
carácter” te será más útil. Bueno, hasta pronto.
Y salió de la
biblioteca sintiendo la mirada hiriente de Emily en la nuca, como había
sospechado, ella había hecho caer a Anne.
Dustin nunca supo
que pasó para que todo cambiase tanto.
No sabía si pensar que Bryan se había golpeado la cabeza, si los planetas se
habían alineado a su favor, o si alguien le estaba gastando una broma pesada,
pero a las dos semanas de pedirle perdón a Anne, Alice se acercó a él a pedirle una cita. Al
fin, después de años, tenía una cita con Alice Nowell.
1 comentarios:
Me ha ENCANTADO. En serio.
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