miércoles, 10 de octubre de 2012

Historias que contar a tus hijos antes de dormir.

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Los pasillos estaban vacíos, los pasos acelerados del joven moreno resonaban por todo el castillo. Llegaba tarde, como siempre. Había pasado las últimas tres horas en la biblioteca, viendo como su joven novia vagaba trabajando cargada de libros. Era bastante hábil, pero  últimamente se veía saturada de trabajo y él siempre estaba dispuesto a ayudar, y más a ella. Era el último daño de Dustin, mientras que Emily aun estaba en quinto curso. Tendría que haberle hecho caso a Cattermole. Debería haberle pedido salir a  Alice Nowell, pero Longbottom estaba muy pendiente de ella  y su primo Bryan no le quitaba el ojo a Dustin. Aquello era un  autentico fastidio.  Debía dejar de pensar en ello, y acelerar, ya llegaba tarde a encantamientos y no se lo podía permitir, no ese año.
Entró corriendo, llevándose por delante a una chica de pelo castaño claro casi rubio, rizado. El emblema de Ravenclaw fue visible en su túnica en lo que caía estrepitosamente al suelo con todos los libros que  llevaba encima. Cuando se levantó, miró enfadadísima a Dustin. Le parecía que echaba chispas por los ojos y se quedó como hipnotizado por esos ojos verdes amarillentos que le estaban matando. Él la veía gesticular, como si le estuviese chillando, pero no se enteraba de nada. De pronto un manotazo en la cara le sacó de la ensoñación  y le apartó del camino de una muy mal humorada Ravenclaw.
-Buena jugada Nell, has mosqueado a Anne Parker, estás perdido- comentó Bryan cuando Dustin se sentó detrás de él. La joven Sabrina, sentada a su lado, solo atinó a girarse en su asiento y dedicarle una sonrisa de compasión.
-Bueno, ahora que el joven Nell se nos ha unido, empezaremos por la siguiente lista de encantamientos-  Mientras Flitwick agitaba su varita como un loco explicando Dustin no sabía que hechizo, se encontró a si mismo pensando  en cómo sería mantener una conversación seria con  Parker. Sin duda tenia carácter.
La había visto a menudo con Bryan y Sabrina y no le parecía tan agresiva y peligrosa como hacía un momento. Pensó que, tal vez, si conseguía que Parker se llevase bien con él, Bryan aflojaría la guardia alrededor de Alice. Alice, fantaseando con ella pasó las horas.

Era la décima carta que quemaba de Cristina Smith. La verdad es que no podía quejarse de su éxito, los genes de su padre habían hecho de él un joven muy atractivo, pero él, incluso estando como en aquel instante, mirando a su novia, no podía dejar de pensar en Alice. Era tan dulce, tan agradable, amable, atenta, cálida, amigable, su sonrisa era tan alegre…
-Sigo esperando una disculpa Nell-  Parker se sentó cortándole la vista de Emily, eso le causaría problemas  con su novia más tarde, pero ella se acomodó en el asiento de la biblioteca.  Tras su asombro por la osadía de la Ravenclaw,  sacó su mejor sonrisa, la que llevaba la marca Nell grabada a fuego, se inclinó hacia ella y con la voz más amable y dulce que fue capaz de poner  le contestó.
-Lo siento Anne, iba con mucha prisa y no me fijé, lo siento, ¿estás bien?- pensó que al llamarla por su nombre y no por su apellido, quedaría aun más sincero.
-Perdonado. Pero como vuelva a pasar, sabrás lo que es la furia de Anne Elisabeth Parker y no es una amenaza, solo una advertencia.-  se levantó con un movimiento grácil, pero algo se enredó en sus pies y la hizo caer. Al ver como el impacto contra el suelo era inminente, Dustin, la rescató del golpe y la situó en una silla, para posterior mente recoger el libro que había caído con ella.
-“Animagia: fase 3” puedo ayudarte si quieres, leí ese libro el año pasado un par de veces. Aunque si me permites la intromisión, creo que…- Dustin fue corriendo al cuarto pasillo, tercera estantería, cogió el sexto libro empezando por la izquierda y volvió junto de Anne a toda prisa- Este te vendría mejor “Animagia con carácter” te será más útil. Bueno, hasta pronto.
Y salió de la biblioteca sintiendo la mirada hiriente de Emily en la nuca, como había sospechado, ella había hecho caer a Anne.

Dustin nunca supo que  pasó para que todo cambiase tanto. No sabía si pensar que Bryan se había golpeado la cabeza, si los planetas se habían alineado a su favor, o si alguien le estaba gastando una broma pesada, pero a las dos semanas de pedirle perdón a Anne,  Alice se acercó a él a pedirle una cita. Al fin, después de años, tenía una cita con Alice Nowell.

1 comentarios:

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Unknown dijo...

Me ha ENCANTADO. En serio.

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