Estoy sentada en la biblioteca. Hay bastante agetreo. Herminone camina de un pasillo a otro cargada de libros, Hannah curiosamente, esta callada con las manos en su cabeza, completamente concentrada y en silencio. Esta tarde se celebrará Halloween, Daisy anda pululando por la sala común buscando cosas relacionadas con Halloween, estaba espídica por lo que no se podia estar con ella. La verdad es que no consigo concentrarme del todo, Marvin me tiene bastante preocupada. Está muy raro.
Por la mañana amanecí antes que Hannah y Daisy como cosa curiosa. Normalmente suelen despertarme saltando en la cama las dos y termino persiguiendolas por la sala común. Me coloqué la túnica y bajé a la sala común con uno de mis libros, y me senté junto al fuego esperando a que las dos bajasen. Primero bajó Cedric, que como todas las mañanas, me sonrió me dijo buenos días y salió de la sala común. Es tan... Cedric. Lo que me llamó la atención, es que Marvin no bajó acto seguido con Hugo riendose. No le di importancia en el momento. Después una vez bajaron Hannah y Daisy nos dirigimos al gran comedor. Mientras desayunabamos Violetta se acercó a mí.
-Oye Megan ¿qué animal tienes?
-Un gato. ¿por qué?
-Entonces, luego consigue una rata, unos bollos y después de las clases de la tarde, al terminar las pruebas de Quidditch. Hasta luego.
No sabía de donde sacar una rata. Solo se me ocurria la rata de Ron, y no era plan de quitarsela para que Violetta practicase lo que fuera que quisiese practicar con ella. Recordé que mi madre me contó cuando era pequeña se rumoreaba que en las cocinas de Hogwarts habia ratas. La cocina, según me dijo mi madre, la cocina se encontraba detrás, de un cuadro de un frutero, al cual se accedia, haciendole cosquillas a la pera. Fue la única solución que se me ocurrio.Pregunté a Hannah esperanzada para no tener que ir junto de Marvin a pedirle un favor.
-Oye Hannah, ¿me acompañarías a las cocinas a buscar una rata?
-¿estás loca Megan? las cocinas están prohibidas. Además ¿para que quieres tú una rata?
-Por nada, la necesito para practicar un hechizo. Y no se me ocurrio otro sitio para encontrarla que en las cocinas. Anda Hannah por favor no me hagas pedirselo a Marvin.
Hannah sonrió con malicia mirando a Daisy y me miraron de vuelta.
-Allí está Marvin. Ve con él.
-¡Ah!¡Os odio!
Me levanté indignada y me dirigí hacia Marvin que como cosa rara estaba terminando ya de desayunar y andaba con unos papeles completamente serio, en vez de, como de costumbre, riendose con Cedric, Hugo y Natalie. Me sorprendió bastante, pero no le di demasiada importancia. Me senté a su lado que estaba vacio y le dí un codazo ya que no se percató de mi presencia. Otro hecho que me sorprendió la verdad es muy raro.
-¡Marvin!
Él, me miró serio y al verme cambió rápidamente la expresión y la cambió por una sonrisa.
-Buenos días ¿qué tal?
-Marvin... Tengo que pedirte un favor- dije bajando la mirada ya que al fin y al cabo yo no quiero pedirle ningun favor a Marvin.
Él me miró con una ceja levantada y su sonrisa aun puesta en los labios. Le sorprendí bastante.
-¿un favor?
-Sí. ¿Me acompañarías a las cocinas a por una rata?
-¿a las cocinas?- alzó nuevamente la ceja y siguió hablando.-¿para qué quieres ir tú a las cocinas?
-Necesito una rata. Para hechizos.
-está bien, te acompaño pero...- se empezó a poner algo nervioso, estaba raro, muy raro- a la hora de la comida, tengo que hacer cosas hasta entonces.
-Está bien. Gracias Marvin.- Como le vi muy raro, cuando me levanté le di un beso en la mejilla. Él se quedó un poco sorprendido, ya que nunca le doy un beso. Cuando me giré, por mi desgracia, estaba Cedric mirandome con una ceja levantada maldije mentalmente.
La mañana paso tranquila, las clases de la mañana se me pasaron rápido. A la hora de la comida, entré en el comedor y busqué a Marvin. No estaba. Me dirijí a la sala común en la que tampoco se encontraba. Pasaba por allí Cedric, asique resignada suspiré y le pare:
-Cedric
-Dime Megan
-¿has visto a Marvin? habiamos quedado a la hora de la comida y no le encuentro.
-Esta en la habitación.
-Gracias Cedric
-De nada. pasa buen día
-Oye espera, ¿sabes si le pasa algo?, esta muy raro hoy, demasiado serio ¿le ha pasado algo? ¿está bien?
Cedric me sonrió con picardia ya que le estaba preguntando por Marvin, cosa que nunca hacia.
-No sé nada, a lo mejor solo está estudiando, cuando estudia, suele centrarse demasiado y tomarselo muy en serio.No te preocupes Megan.- me puso la mano en el hombro y se fue.
Fui a la habitación de Marvin donde le encontré sentado en su cama, cabizbajo, completamente serio. Toqué la puerta y no se giro.
-¿Marvin?- dije lentamente entrando en su habitación y sentandome a su lado mirando un poco por encima las hojas que tenia en sus manos.
-Dime ¿que haces aquí?
-Habíamos quedado a la hora de comer para ir a las cocinas.
-Mierda, es cierto, lo siento. Vamos ahora.-dijo cambiando su cara para sonreirme. Se le notaba cansado. Estaba raro, era como si la sonrisa no le llegase a los ojos.
-Marvin ¿estas bien?
-si si, perfectamente, anda, vamonos, tu guias, que yo no sé donde estan las cocinas.
-vale
Nos dirijimos al primer piso, en silencio, como cosa muy extraña, por lo general, solemos ir discutiendo. Cuando llegamos frente del cuadro, miré a Marvin y le dije:
-Esto que voy a hacer ahora, no lo tengas en cuenta, pero es la manera de entrar.
Me acerqué al cuadro y comencé a hacerle cosquillas a la pera, acto seguido, el cuadro se desplazó descubriendo unas escaleras qu bajaban a una cocina tan grande como el gran comedor, donde los elfos domésticos correteaban de un lado a otro cocinando. Al vernos entrar, uno de los elfos se acercó a nosotros con una magdalena en las manos.
-Perdone, ¿me puede ayudar? esque... he perdido una rata... y la vi pasar debajo del cuadro. ¿podrian ayudarme a buscarla?
-Claro.- contestó el elfo domestico mirando por todos lados pero sin terminar de moverse del sitio
discretamente le pasé a Marvin la magdalena, la cual aceptó encantado.
Al rato, se nos acercó una elfa y nos miró seriamente, bueno, realmente me miró a mi seriamente, ya que Marvin se puso a pulular por la cocina alucinado.
-No deberiais estar aqui, está prohibido.
-Lo sé, y en seguida nos iremos queremos incordiar lo menos posible pero se me perdió mi rata y la vi colarse debajo del cuadro que nos trajo hasta aqui y si nos pudieseis ayudar a encontrarla...
La elfa, chasqueó los dedos y todos los elfos miraron hacia ella.Dijo la palabra rata y todos los elfos domesticos comenzaron a correr de un lado a otro buscando la rata. De vez en cuando, el elfo de las magdalenas nos acercaba una la cual yo cogia y le pasaba distraidamente a Marvin.
De pronto vimos como la puerta de la cocina se abria y bajaba por las escaleras el profesor Quirrell. Yo me quedé petrificada en el sitio, sin poder moverme, me acababa de meter en un lio que me podia costar la expulsión de Hogwarts.
-Se-eñorita Nell, ¿qu-ee hace usted aquí-i? saabe que esta pro-prohibido para los alumnos.
-Lo sé, lo siento señor Quirrell, pero mi rata se coló por debajo del cuadro y vine a buscarla con...- me giré y vi que Marvin habia desaparecido. Recorriendo la habitacion con la mirada, le encontre escondido debajo de la mesa, comiendose otra magdalena.- con bastante prisa sin pensar en las consecuencias.
-E-esta bien señorita Nell, en cu-uanto tenfa la rata vayase. No le diré nada al profesor Du-umbledore. Ahora si-i me disculpa.- alzó la mano y apareció un elfo domestico con un plato lleno de galletitas verdes. El profesor Quirrell cogió el plato y se sentó a la mesa a comer sus galletitas.
Cuando pasó por mi lado, me fijé en una pequeña mancha plateada que bajaba por el turbante del profesor Quirrell, me resultaba algo familiar, pero no conseguia asociar qué podia ser.
Al poco, se me acercó la elfa domestica, con una rata gris en las manos.
-¿es esta?
- si si si , muchas gracias.
Podria haberme ido, pero no podia dejar a Marvin alli, asique me acerqué disimuladamente a la mesa bajo la que estaba Marvin.
-tenemos que irnos- le dije susurrando
-espera un poco a que se valla.
-está bien, esperaremos.
Disimuladamente me acerque un poco mas al profesor Quirrell, tenia que averiguar que era esa mancha plateada de debajo del turbante. tuvimos que esperar un ratito mas hasta que el profesor Quirrell salió de la cocina, Marvin salió de debajo de la mesa, riendo divertido.
-esto es genial Megan, que divertido.
-calla que he estado apunto de meterme en un lio de los gordos.
Cuando ibamos a salir de la cocina el elfo de las magdalenas le dio otra directamente a Marvin, que cuando se la iba a llevar a la boca, se la quité de las manos, y me la comi yo, dejandole con la boca abierta, para terminar riendose a carcajadas.
Nos despedimos en la sala comun, yo cogi la rata y subi al gran comedor, donde pasé la tarde junto con Luna leyendo el Quisquilloso, que traia un muy interesante artículo sobre los centauros.
A la hora de la cena apareció Violetta apresurada y con una cara de enfado que no cabia en ella misma. Cogi los bollos y la rata que habia sido la elegida para sufrir las penurias de la joven Violetta y fui junto de ella.
Nos dirigiamos al aula de encantamientos en silencio, hasta que al pasar por el tercer pasillo, del lado prohibido nos llegó un rugido y un golpe muy fuerte en una de las puertas.
-¿has oido eso?
-Sí. ¿vamos a mirar?
Una luz aparecio en la varita de Violetta, y nos adentramos en el pasillo prohido, una vez alli, notamos como la tercera puerta a la derecha, era golpeada por algo desde dentro, y de pronto, otro rugido. Intentamos abrir la puerta, pero por desgracia, no conociamos ningun hechizo para abrirla asique decidimos salir del pasillo, con tan mala suerte, que a la salida estaba el profesor Snape, que nos descubrió y centró la mirada completamente en Violetta, ignorando que yo estaba alli. Casi mejor, ya habia tenido un encuentro con un profesor en una situación prohibida y algo me decia que en este caso, Snape no iba a ser tan benevolo como el profesor Quirrell. No sé que le dijo a Violetta, algo sobre que el pasillo era peligroso, pero no atiné a escuchar nada más. Cuando llegamos a la sala de hechizos, y despues de que Violetta convirtiese a mi ya querida rata en una copa y que me aturdiese a mi un minuto o dos, se me ocurrio una idea.
-Oye Violetta, estamos solas aqui, ¿te parece si cotilleamos por el aula? a lo mejor encontramos algo interesante.
-Creo que me vas a terminar cayendo bien.
Comenzamos a cotillear el aula, revolviendo libros, abriendo cajones y no encontramos nada, salvo un cajon que estaba cerrado. La curiosidad me podia, tengo que averiguar qué hay en ese cajon.
-¿sabes Violetta? tenemos que averiguar un hechizo para abrir cerraduras, así, conseguiriamos abrir la puerta del pasillo prohibido y este cajón.
-miraré hechizos y volveremos
Dicho esto, cada una se fue a su sala común. Como de costumbre, esperé un rato en la sala comun a que Cedric y Natalie terminaran la ronda y me fui a mi habitación. Alli, cuando entré Miranda me esperaba con un libro mio en las manos.
-Oye Megan, ¿te molesta que te lo coja? esque me llamó la atención, prometo que te lo devuelvo en cuanto lo termine.
-puedes coger los libros que quieras, mientras luego los coloques, no como hace Daisy que los deja por ahí desperdigados...- de pronto una idea resonó en mi mente- eso sí, ¿me lo dejas un momento antes de quedartelo?
Hojee el libro, hasta que encontré lo que buscaba: Sangre de unicornio, eso es lo que caia desde el turbante del profesor Quirrell, sangre de un ser sagrado. Con esa idea me fui a dormir.
Y aquí estoy, esperando a ver que me depara esta mañana del dia de halloween, promete ser interesante. algo me dice que si.
Hasta pronto.
Megan Nicole Nell
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